Miel Medicina
La miel es una de esas cosas que creo que es
puritita magia. Las abejas obreras vuelan kilómetros buscando recolectar néctar
de diferentes plantas para llevarlo de vuelta a su construcción perfecta: la
colmena. Donde el néctar es procesado y parcialmente deshidratado para
transformarlo en miel. Un precioso oro viscoso rico en vitaminas, minerales,
enzimas y aminoácidos; con propiedades antibacterianas, anti-inflamatorias,
antimicóticas, antivirales, antioxidantes y energizantes.
Existen cientos de distintos tipos de miel.
Variando en consistencia, sabor y olor debido a las flores de las que el néctar
fue recolectado. A simple vista, puede ir de casi incolora a café oscuro, su
aroma puede recordarnos las flores visitadas y puede ser líquida o cristalizada.
En general, a mayor intensidad en el color, más complejidad en su sabor.
Te comparto las 4 cosas más importantes para
comprar miel de la más alta calidad:
1.- Cruda
(raw): Miel que no ha sido calentada, pasteurizada ni procesada. Por lo que
todas sus propiedades medicinales se encuentran intactas.
2.- No filtrada: La miel sin filtrar contiene
rastros de polen, probablemente el alimento medicinal más nutritivo. Se ha
usado tradicionalmente para promover la longevidad, vitalidad y balance.
3.- Pura: No ha sido rebajada con agua,
mezclada con jarabes o endulzantes.
4.- Local: La mejor manera de conocer el
producto que consumes es conocer al productor. Entabla una relación, pregunta y
aprende todo lo que puedas sobre quién es y cuáles son sus prácticas.
5.- Ecológica: Miel cuyo sistema de
producción sea compatible con el medio ambiente. Considera que para que una
miel sea orgánica tendría que controlarse el 100% de las flores visitadas por
las abejas.
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